La sordera (hipoacusia) es definida como la disminución de la percepción de los sonidos. Dependiendo de su origen y tiempo de aparición, puede ser congénita (una persona o un niño que nace con esta afección la que puede tener diferentes causas) ó bien adquirida durante la vida.
Dependiendo de la zona del oído que este afectada, se habla de hipoacusias de conducción (oído externo y/o medio), mixtas y neurosensoriales (del oído interno). Según su grado, la hipoacusia está clasificada en leve, moderada, severa y profunda. En la hipoacusia leve sólo surgen problemas de audición con voz baja y ambiente ruidoso. En las moderadas se aprecian dificultades con la voz normal (en niños pequeños se presentan problemas en la adquisición del lenguaje y en la producción de sonidos). En las severas sólo se oye cuando se grita o se usa amplificación (audífono) (en niños no se desarrolla lenguaje sin ayuda auditiva y de profesionales). En las sorderas profundas la comprensión es prácticamente nula, incluso con amplificación y en los niños no se produce un desarrollo espontáneo del lenguaje. La ausencia total de audición es llamada anacusia o cofosis y se puede presenter en uno o en ambos oídos.
En los niños, es de alta importancia la edad a la que aparece la hipoacusia. Así se hace distinción entre hipoacusias pre locutivas (antes de la adquisición del lenguaje), peri locutivas (durante) y post locutivas (ya adquirido el lenguaje). Esta división temporal, acompañada del grado en que se presente la hipoacusia, serán determinantes para el desarrollo del lenguaje en el niño. Hoy en día existe en varios hospitales de Chile, planes de Detección Temprana de la Hipoacusia. En el tratamiento de niños, además de una detección temprana e implementación con prótesis auditiva (audífono) o prótesis (implantes), es de suma importancia el trabajo interdisciplinario en la habilitación o rehabilitación del niño para que pueda adquirir lenguaje, equipos formado por el pediatra, otorrino, audiólogo, fonoaudióloga, psicólogo etc.
Si el niño no produce sonidos o presenta un retraso en la adquisición de sus primeras palabras, no gira su cabeza ante sonidos ambientales o hay que llamarle la atención varias veces antes que se dé vuelta, es muy importante que sea evaluado por un especialista. En niños la detección e implementación precoz son claves para su adecuado desarrollo a todo nivel (cognitivo, social y psicológico) y en general son pruebas sencillas que pueden hacer que su desarrollo se produzca adecuadamente.
En pacientes adultos, para obtener el mejor diagnóstico, es indispensable que visite a su otorrino. Él le indicará los pasos a seguir y los tratamientos adecuados a su condición particular. Hay hipoacusias que pueden ser temporales, por ejemplo, de conducción por tapones de cerumen u otitis media y neurosensoriales por parálisis cocleo vestibular. En ambos casos el tratamiento precoz con el especialista es de vital importancia en su recuperación.
La condición más habitual en pacientes mayores de 65 años, es una pérdida paulatina de la audición, sobre todo de los tonos agudos, conocida como presbiacusia. Este tipo de pérdida es muy común y normal en adultos mayores. Debido a su carácter paulatino, puede pasar desapercibida en sus inicios. Los pacientes refieren dificultad para escuchar el timbre, o problemas para entender las conversaciones. Si Ud. o alguien de su familia presenta estos problemas, debe visitar a su otorrino para un estudio audiológico completo.
Usualmente la sordera es corregida por medio de prótesis auditivas (audífonos), los que son recetados por un médico especialista, permitiendo obtener una buena corrección de la audición.